El Borbón Non Grato
Guillotinado como sus familiares franceses. Así murió Alfonso de Borbón y de Dampierre, duque de Cádiz y duque de Anjou, el 30 de enero de 1989. Pero no fue en el cadalso, ni en París, ni durante una revolución. La muerte le alcanzó en una pista de esquí en Estados Unidos mientras practicaba su deporte favorito. En vísperas del vigésimo aniversario de su fallecimiento, Ediciones Áltera ofrece la primera biografía del nieto mayor del rey Alfonso XIII, hijo del heredero de éste, escrita por un gran periodista e historiador experto en la familia Borbón: José María Zavala.
Para los españoles, el rostro y el nombre de Alfonso de Borbón y de Dampierre fueron habituales durante décadas. Primogénito del hijo mayor de Alfonso XIII, primo de Juan Carlos I, embajador de España, marido de una nieta de Franco… Un hombre al que el apellido de los reyes de España le acarreó, en vez de gloria y poder, sinsabores. Su padre, don Jaime, sordomudo, fue llevado a firmar una abdicación irregular por Alfonso XIII, pero luego quiso recuperar sus derechos como heredero del rey derrocado y jefe de la Casa Borbón, razón por la cual se enfrentó a su hermano Juan. La división también se trasladó a los dos nietos respectivos: Alfonso y Juan Carlos. Estaba en juego la corona de España. ¿A quién de ellos podía preferir Franco?
La querella dinástica se cierra, aparentemente, en 1975 con la proclamación como Rey de Juan Carlos. Desde entonces, el duque de Cádiz es ninguneado en España y sólo aparece su vida privada en la prensa del corazón: a raíz del divorcio de su esposa María del Carmen Martínez-Bordiú Franco en 1982, con ocasión del accidente de coche en el que muere su hijo mayor Fran en 1984, a raíz de diversas declaraciones periodísticas o a causa de sus discretos amores con la guapa actriz Mirta Miller. Tales eran las cuestiones de las que se ocupaba la prensa… hasta que el duque de Cádiz regresó a España en un ataúd.
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